Un pueblo noruego al norte del círculo polar. Aquí, en los confines del mundo, vive Kathrine, empleada en la aduana. Tiene veintiocho años y un hijo de su primer matrimonio. Día tras día controla los barcos de pesca que llegan al puerto. Sólo se rompe esta oscura monotonía en los días de abril, cuando por fin el sol esparce de nuevo su luz difusa sobre el vasto paisaje nevado.

Los personajes del nuevo libro de Peter Stamm vienen de lugares muy distintos. Viven solos, en pareja o con la familia, tienen hijos o no quieren tenerlos. Los hay que son viejos y los hay que son jóvenes; los hay que ni una cosa ni otra, o ambas a la vez. Pero todos se hallan en camino a alguna parte, todos parecen esperar algo: un tren o un barco, una muestra de amor o sencillamente el final. Son historias aparentemente cotidianas, que encierran sin embargo el misterio de la vida, relatos que persisten en la mente del lector incluso después de leídos, que lo acompañan iluminando la región más opaca de su existencia.

En la vida monótona de Andreas, profesor de alemán en la periferia parisina, hace acto de presencia el espectro de una grave enfermedad. Si la muerte lo alcanzara, ¿habría llevado a cabo todos sus proyectos? ¿No sería hora de empezar de nuevo? Lo abandona todo y, en un singular retroceso a medio camino entre la añoranza y la nostalgia, va en busca de su gran amor de adolescencia esperando una epifanía. La extrañeza, la ausencia, el vacío y la soledad como espacio vital impregnan esta novela de Peter Stamm, una de las voces más singulares de la nueva narrativa europea.

Como si de un crudo demiurgo se tratara, Peter Stamm traza, con la frialdad como cincel literario, este entramado de historias independientes que comparten entre sí un inquietante clima de enigmática desorientación. Cinismo, soledad, angustia y duda son los cimientos que sostienen este sólido libro de relatos que ha sido alabado por la más exigente crítica europea. El talento narrativo que ya nos sorprendió en su primera novela ?Agnes? (Acantilado, 2001) se consolida y se afirma con fuerza en esta nueva obra que hoy presentamos

Cuando la ficción se empeña en configurar la realidad y alcanza sus límites, las consecuencias suelen ser imprevisibles. La fantasía literaria adquiere relevancia y densidad, del mismo modo que lo hace la magia cuando provoca los actos que ha decidido invocar con sus conjuros. Peter Stamm, un nombre nuevo e impactante de la narrativa europea, crea en esta primera novela un espacio en el que arte y vida, literatura y realidad gobiernan una trama densa e indivisible, donde la literatura parece ser la fuerza dominante en el destino de una pareja de amantes obstinados en conjurarla. Ardiente y dolorosa, ?Agnes? nos descubre una voz de rara singularidad en el panorama literario de este cambio de siglo.

Com si es tractés d'un cru demiürg, Peter Stamm traça, amb la fredor com a cisell literari, aquest entramat d'històries independents que comparteixen un clima inquietant de desorientació enigmàtica. Cinisme, solitud, angoixa i dubte són els fonaments que sostenen aquest sòlid llibre de relats que ha estat lloat per la crítica europea més exigent. El talent narratiu que ens va sorprendre en la seva primera novel·la Agnes (Quaderns Crema, 2001) es consolida i s'aferma amb contundència en aquesta nova obra que avui presentem.

Quan la ficció s?entesta a configurar una realitat i n?atrapa els límits, les conseqüències solen ser imprevisibles. La fantasia literària adquireix rellevància i densitat, tal com ho fa la màgia quan provoca els actes que ha decidit d?invocar amb els seus conjurs. Peter Stamm, un nom nou i impactant de la narrativa europea, crea en aquesta primera novel·la un espai en el qual art i vida, literatura i realitat governen un teixit dens i indestriable en què la literatura sembla ser la força dominant en el destí d?una parella d?amants obstinats a conjurar-la. Ardent i dolorosa, Agnes ens descobreix una veu de rara singularitat en el panorama literari d?aquest tombant de segle.

Un poble noruec al nord del cercle polar. Aquí, a la fi del món, viu la Kathrine, empleada de la duana. Té vint-i-vuit anys i un fill del seu primer matrimoni. Dia rera dia controla els vaixells de pesca que arriben al port. Només es trenca aquesta fosca monotonia els dies d?abril, quan per fi el sol escampa de nou la seva llum difusa sobre el vast paisatge nevat.